Publicado el Deja un comentario

El gran invento de la Lavadora eléctrica

Posiblemente es uno de los inventos que más ha cambiado el ritmo de la modernización de la sociedad y liberación de las tareas más arduas de limpieza de hogar. El inventor de tal hazaña fue Alva Fisher allá por 1901 en Chicago, ideando un aparato en el que, mediante un motor, giraba un tambor metálico a la vez que se añadía agua y jabón. Pasaron 10 años hasta que incorporó el “ojo de buey” para evitar salpicaduras y cortocircuitos. La idea era buena aunque todavía quedaban muchas cosas por hacer; solo giraba hacia un lado, y además para usarla se necesitaba otro bien muy preciado: electricidad, que por aquel entonces era bastante cara.

Se sabe que en el siglo XIX ya había gente que utilizaba una máquina para lavar ropa: se accionaba a mano y la colada se metía en un cilindro por el que pasaba el agua. Pero no fue hasta avanzados los años 50 cuando empezó a popularizarse en España, en donde todavía se realizaba la colada en el fregadero o, en el caso de los puebles, en los lavaderos.

De la mano de Balay, en 1954, apareció una lavadora que permitía lavar una carga de 2,5Kg de ropa. Este modelo giraba en un único sentido y debía ser vaciado manualmente y de nuevo llenado para aclarar la ropa. Para escurrir la ropa se colocaba en la parte superior un accesorio con dos rodillos de goma.

Y al fin, en 1966 y también de la mano de Balay, llegó La primera lavadora superautomática! La lavadora T-500. Estas eran capaces de hacer todo el ciclo de lavado completo: Lavar, aclarar y escurrir. Este concepto nos posicionó como uno de los mayores fabricantes de lavadoras automáticas de Europa. 

Su creación supuso incluso un cambio en la forma de fabricar detergentes. Los fabricantes buscaron nuevos productos y lanzaron detergentes biológicos que ayudaban a eliminar mejor algunas manchas.